viernes, 17 de junio de 2011

La desnutrición en los pueblos originarios (Nota de opinión)

Siendo Argentina el país productor de materias primas por excelencia, presenta una gran falencia con la alimentación lo que produce graves casos de desnutrición crónica. Uno de los sectores de la población más afectados son los niños de los pueblos originarios.



Muchos de los pueblos originarios se encuentran en una situación de vulnerabilidad debido a los problemas alimentación, dados por el cambio en el régimen productivo, las alteraciones en el ecosistema y por el constante abandono y maltrato institucional.

         A nivel nacional ya son varios los niños originarios fallecidos por desnutrición, y omisión de sus derechos más primordiales en el Norte de Argentina (específicamente en la provincia de Salta). Esto demuestra que a las instituciones públicas no brindan las respuestas adecuadas a las condiciones esenciales como son, las condiciones de vida.

            La falta de alimentación, muestra una de las facetas más evidentes de la pobreza que hay en el país y a su vez nos deja ver la indiferencia de las políticas en curso. A nueve años de la crisis de 2001 siguen siendo registradas muertes por deficiencias nutricionales, lo que muestra las fallas de los servicios sanitarios y asistencias de las jurisdicciones provinciales y de la Nación.

          Además es importante tener en cuenta que siendo nuestro país productor por excelencia de materias primas, seguimos teniendo muertes por hambre, lo que ratifica aún más el mal manejo de los hilos públicos.

En el norte del país, viven unos 80 mil wichi en condiciones intensamente precarias, dadas por la deforestación del medio ambiente, lo que les impide acceder a los recursos de vida de los cuales disponen desde tiempos precolombinos.     

En esa área que atraviesa las provincias de Salta, Chaco y Formosa son numerosos los chicos con desnutrición crónica y ocho de ellos han muerto recientemente. El mal manejo de las políticas institucionales es lo que lleva a esta población a la humillación constante.

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